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Soft Skills - MUCT UPV

11. Haciendo equipo

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En primer lugar, me gustaría remarcar que la actitud del profesor de realizar los grupos en virtud de la afinidad por idioma ha sido un completo acierto, dado que, por poco igualitario que parezca, permite simplificar las conversaciones y contextos y se tiene una actitud más natural con el resto de compañeros al no verse continuamente forzado a explicar determinados aspectos.

Dicho esto, considero que en mi grupo hemos estado cómodos, una vez roto el hielo inicial y al haber establecido una dinámica de trabajo -al ser cuatro personas prácticamente desconocidas entre nosotros (Daniela está en Colombia, Elena y Carlos apenas han venido un día a clase, y yo curso la asignatura de manera presencial)-. Es cierto que pueden darse determinados aspectos que pueden generar sensaciones de incertidumbre o incomodidad entre los participantes, pero yo no me vi reflejado en ellos, al estar habituado a mantener conversaciones con desconocidos. En mi caso, creo que estuve bastante cómodo durante toda la actividad, con la salvedad de los primeros instantes, cuando se determinaron los distintos roles de equipo, y a sabiendas de mi posición habitual, decidí observar de manera pasiva las decisiones que tomaban el resto de participantes.

En relación con lo que más me gustó de la actividad, es la capacidad que tiene ésta de generar sinergias y permitir conversaciones entre gente que está a distancia, es decir, es una perfecta dinámica de grupo para conocer a los compañeros, aunque creo que hubiera encajado bastante más en la primera o segunda clase de la asignatura, cuando todos somos desconocidos entre nosotros.

Sobre qué mejoré yo con la actividad, creo que es fundamental aprender a respetar los roles del resto y observar su actitud, proactiva o pasiva, en determinadas circunstancias para así actuar en consecuencia. Decidí adoptar dicha actitud al conocerme a mí mismo y creo que el trabajarla contínuamente permite adaptarse a determinadas circunstancias o situaciones en las que se requiere de un camuflaje o cambio de hábitos para cumplir el objetivo que se plantee.

Teniendo en cuenta los roles estudiados como en el caso de Belvin, que me indicaban que yo tendía a tener perfiles de impulsor, motor o coordinador de equipo, creo que una vez más volvieron a reflejarse cuando decidí tomar las riendas al haber solo una persona (Carlos) que decidía interactuar de manera continuada y afrontar cierta toma de decisiones. Por ejemplo, él fue quien decidió que visitásemos los museos vaticanos, cediendo yo mi parte de liderazgo para no adquirir demasiado protagonismo. Situación parecida se dio a la hora de dividirse el trabajo para pintar el cuadro, cuando planteé un modelo de trabajo que el resto siguieron sin problema, aunque es verdad que la libertad creativa que ofrecía dicho ejercicio permitía a todos ser más flexible.